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En octubre, la crecida del río destruyó el acceso a una de las principales atracciones del parque.
A cuatro meses de la inundación que arrasó la pasarela que conduce a Garganta del Diablo, en las Cataratas del Iguazú, provincia de Misiones, la empresa Iguazú Argentina anunció que comenzaron los trabajos de reconstrucción tras un acuerdo con la Secretaría de Turismo, Deporte y Ambiente de la Nación.
Desde la firma dijeron que las tareas estarán a cargo de unos 80 operarios, pero no pudieron precisar el tiempo que demandará la recuperación de los tramos que quedaron en el lecho del río y la reposición de los que se perdieron al ser arrastrados por la corriente río abajo.
Qué pasó con el acceso a la Garganta del Diablo
A fines de octubre pasado, intensas precipitaciones en las altas cuencas del río Iguazú, en Brasil, derivó en la apertura de compuertas en varias centrales hidroeléctricas.
En pocas horas, el caudal se multiplicó por 17 veces y alcanzó los 24.200 metros cúbicos por segundo, situación que llevó a Parques Nacionales a cerrar los paseos algunos días por cuestiones de seguridad.
Como ya es habitual ante el incremento extraordinario del caudal del Iguazú, los operarios de Iguazú Argentina iniciaron un proceso preventivo que busca evitar daños estructurales en los pilotes que sostienen la pasarela de 1.100 metros que desemboca en un balcón que permite disfrutar del mayor de los 275 saltos: Garganta del Diablo.
Apenas llegó la información desde Brasil sobre una gran creciente, los obreros quitaron los bulones de anclaje y rebatieron las barandas, de manera tal que la fuerza del agua o el impacto de algún árbol que fuese arrastrado por la corriente, las desprenda y deposite en el lecho del río.
Finalmente el río creció más de lo previsto y los daños también fueron de mayor magnitud. Si bien todavía resta el relevamiento estructural de los pilotes de hormigón, se sabe que se desprendieron 76 de los 99 tramos de la pasarela.
Además, la empresa debe reponer numerosos tramos que cortaron los anclajes de cables de acero y se cree que se despeñaron por los saltos y terminaron en el cañón del Iguazú.
“Las tareas van a comenzar por el sector más cercano a la Estación Garganta y se irá avanzando hacia el balcón. Se tiene que ir recuperando el material que está en el agua y ver en qué estado quedó. La intención es llegar lo antes posible al balcón, donde los daños fueron mayores, según pudimos observar con un dron”, detalló Carol Da Rosa, gerente de Iguazú Argentina.
No es el único trabajo que deberá encarar la firma. Es que la fuerza del agua arrasó también con 400 metros de las vías del tren ecológico que lleva a los turistas hasta el inicio de la pasarela a Garganta.
“Tenemos que reparar el camino de acceso a Estación Garganta y las vías. También todo el sector de sanitarios debe ser reconstruido porque en su momento quedó tapado por el agua”, explicó Da Rosa.
Demoras en las obras de reconstrucción
Sobre las demoras en el inicio de los trabajos, la gerente dijo que “nosotros finalizamos un primer relevamiento en diciembre, pero el recambio de autoridades en Parques y otras dependencias nos complicó. Este es un Parque Nacional y debemos contar con las aprobaciones para poder encarar las reparaciones. A eso hay que sumarle que durante mucho tiempo no se conseguían insumos por la devaluación que hubo”, explicó Da Rosa.
El presidente de la empresa Iguazú Argentina, Roberto Enríquez, se reunió con el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli; y allí se acordó el inmediato inicio de los trabajos para la recuperación del paseo. También estuvo presente el secretario de Gestión Administrativa del Ministerio del Interior, Alberto Haure.
Cuándo estará listo el acceso a la Garganta del Diablo
“Tenemos que hacer una evaluación de las pasarelas y del estado en que quedaron y a partir de ahí hacer un diagnóstico para saber cuándo se van a volver a habilitar”, sostuvo Enríquez al ser consultado sobre el tiempo que demandará la reconstrucción.
“En un par de semanas vamos a tener un mejor panorama, pero nuestro objetivo, siendo optimistas, es terminar para las vacaciones de julio o antes de la primavera”, agregó.
Como las tareas de rescate de las pasarelas desplazadas de las bases se hace en el agua, el caudal del río Iguazú se tiene que mantener por debajo de los 4.000 metros cúbicos para que los operarios puedan trabajar con seguridad.
La pasarela que conduce a Garganta del Diablo ya había sufrido daños en octubre de 2022. En esa oportunidad el caudal llegó a los 16.500 metros cúbicos por segundo y causó el desprendimiento de 55 tramos. El paseo fue rehabilitado en cuatro meses.
