Jorge Juan Soria Villalba, el líder de un templo umbanda de Salta, imputado por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, fue detenido este domingo al mediodía en un inquilinato del barrio Villa Soledad, en la capital provincial, luego de haber permanecido prófugo desde el 30 de diciembre pasado, tras una orden de captura nacional e internacional.

La División Trata de Personas de la policía provincial pudo dar con el domicilio donde estaba oculto Soria Villalba, a partir de una denuncia anónima al 911. El acusado tenía orden de captura de alcance nacional y fue detenido este domingo al mediodía.

Ante los policías, el líder umbanda reconoció que era buscado por delitos federales, por lo que se procedió a su arresto, siendo trasladado a la Agrupación VII de Gendarmería Nacional, para posteriormente ser alojado en el Complejo Penitenciario Federal NOA III.

El fiscal general a cargo de la Unidad Fiscal Salta, Eduardo Villalba, había imputado a Soria Villalba y a su pareja, María Ester Arroyo, con quien dirigía una congregación umbanda, por el delito de trata de personas agravado por ser cometido con fines de explotación sexual y por su calidad de “ministros de un culto”.

El juez federal de Garantías N°1, Julio Bavio, había hecho lugar a los pedidos de la fiscalía y ordenó la prisión preventiva de ambos acusados. En el caso de Soria Villalba, dispuso el cumplimiento efectivo de la misma, mientras que Arroyo cumpliría la pena bajo la modalidad de arresto domiciliario. Asimismo, autorizó el embargo del predio donde funcionaba el templo, en la localidad salteña de Villa San Antonio.

Sin embargo, tras la imputación y el pedido de prisión preventiva, Jorge Juan Soria Villalba decidió fugarse, por lo que el el juez Julio Bavio ordenó su captura. El acusado permaneció en la clandestinidad casi dos meses hasta su reciente detención.

El caso

La Unidad Fiscal de Salta investigaba el caso desde febrero de 2021, “cuando una persona se acercó y realizó una denuncia. Una vez que se realizó el allanamiento, se sumaron otros testimonios que no hacen más que darle mayor firmeza a la acusación, en la que se comprobó, al menos en dos casos, el delito de trata de persona agravado”, declaró el fiscal Villalba.

Y agregó: “Esa captación iba dirigida a personas vulnerables, angustiadas, que llegaban a la congregación en busca de protección. Una vez allí, ellos les exigían una contribución, induciéndolas al ejercicio de la prostitución, para luego quedarse con el 70 y 40% de las ganancias obtenidas por las mujeres”.

Además, señaló que el inmueble donde funciona el templo habría sido obtenido gracias al aporte dado por víctimas y que los acusados no sólo se encargaban de facilitar los lugares para el ejercicio de la prostitución en Salta, sino también en Bolivia.

“El objetivo de los acusados como líderes espirituales no tenía nada que ver con el culto. No tenemos dudas de ello, aquí están en juego los derechos humanos”, concluyó Villalba.