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Es Fernando Vilella, creador de la carrera de Ciencias Ambientales.
En lo que se ha convertido en un verdadero bunker, lejos del centro y en Núñez, sobre la avenida Libertador al 7.200, están reunidos cerca de 40 técnicos bajo la batuta de Nicolás Posse, el designado jefe de Gabinete de Javier Milei.
Algunos están nerviosos frente a lo que se les avecina y otros muy seguros. Funcionan de acuerdo al área y Posse cuenta, a su vez, con dos manos derechas. Se trata de José Rolandi y Gonzalo Pascual.
En uno de esos equipos está Fernando Vilella elegido como futuro secretario de Agricultura que en realidad y al compás de las transformaciones cambiará de nombre por Bioeconomía. En ese diseño, una de las subsecretarías más importantes será la de innovación con impulso a las agtech, las flamantes firmas de tecnología que revolucionan la producción.
Este nombramiento es uno de los más llamativos, ya que Villela fundó hace 20 años casi como un pionero la primera carrera de Ciencias Ambientales en la facultad de Agronomía en la UBA. Vilella fue decano de esa casa de estudios.
Y será el funcionario que deberá gestionar la relación con un sector muy afín a Javier Milei como el campo que es uno de los afectados por el cambio climático.
“Milei dijo que iba a cumplir los contratos y uno central es el acuerdo de París respecto a las metas en la lucha contra el cambio climático”, aseguraron cerca de Posse. Los mueve una cuestión práctica. Argentina es acreedora por sus casi nulas emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Por otro lado hoy no se pueden exportar alimentos sin trazabilidad y sin que se especifique cuál es su huella de carbono.
En el primer debate presidencial Milei planteó que no negaba la existencia del cambio climático. Y dio una interpretación particular: “En la tierra hay un ciclo de temperaturas. Este es el quinto punto del ciclo, donde la diferencia con los cuatro anteriores es que ahora sí está el ser humano”, soltó.
Por lo que Clarín pudo saber, Vilella fue conectado a sugerencia de un empresario del agro por Posse, quien también convocó a otros dos referentes del sector que habían apoyado a Patricia Bullrich.
Se trata de Pedro Vigneau, ex presidente de la Sociedad Rural de Bolívar, de la Asociación de Productores en Siembra Directa (Aapresid) y es el actual de la Asociación de la cadena del maíz y el sorgo, Maizar, y de Germán Paats, que presidió la Rural de Tapalqué y hasta hace unos días la organización Barbechando, “la voz del campo en el Congreso” que busca incidir en los temas agropecuarios.
Hay otros más cuyos nombres no trascienden. Ese equipo bosquejó una hoja de ruta que decidirá en definitiva el Presidente, pero arrancan con eliminación de trabas comerciales como los fideicomisos para harina, mantiene la eliminación de las retenciones a las economías regionales y habrá baja gradual en soja, trigo, maíz y carne.
Vilella, famoso por su llamado acerca de que “llegó la hora de la Vaca Viva”, empuja a los biocombustibles y otra de las medidas que anticipan es un aumento en la participación del biodiesel y el etanol en las naftas. La idea de Milei es liberar ese precio que hoy fija el Estado.
