Marlene y Yanina, las picantes hermanas rosarinas: “Qué ganas de salir a matar gente”

Los narcos saben que les pueden secuestrar dinero, drogas o autos. Esas pérdidas están vistas como “gajes del oficio”, y no les generan mucha preocupación porque entienden que recuperse es cuestión de tiempo. Y que “a veces se gana y otras veces se pierde”. Lo que realmente les duele es cuando la Policía les saca teléfonos y libretas de anotaciones. Porque de ahí nacen nuevas investigaciones.

René “El Brujo” Ungaro es líder de una organización de segunda línea del mundo del narcotráfico rosarino. En diciembre pasado, agentes de la Policía Federal Argentina (PFA) allanaron su celda de la Unidad 6 de Rawson, en Chubut, en el marco de una investigación por la balacera al Edificio de los Tribunales Federales de Rosario. Entre sus anotaciones, los investigadores encontraron un nombre: Marlene Roldán (26), junto a un número de teléfono.

La Delegación de Inteligencia Criminal e Investigaciones de la Prefectura de Zona Bajo Paraná la escuchó e investigó durante 10 meses. La detuvieron el jueves, junto a su hermana Yamila (24). El procedimiento incluyó allanamientos en las celdas de Ungaro en Marcos Paz (su nuevo lugar de detención), a quien respondería la banda, y de un tercer hermano Roldán y su pareja, presos en la cárcel de Coronda.

Junto a Yamila encontraron a David Medina, su pareja, uno de los 16 fugados de la comisaría de Granadero Baigorria. Estaba prófugo desde el 2 de septiembre. La banda está acusada de regentear bunkers, de balaceras y extorsiones a comerciantes y de usurpaciones de viviendas para el negocio narco.

“Qué ganas de salir a matar gente…”, se la escuchó decir a Marlene en una de las comunicaciones. En otra, le cuenta una secuencia a Marcelo Roldán, su hermano preso: dice haber ido armada a buscar a una mujer. “No la maté porque me frenó Yamila (su otra hermana). La mina estaba con un bebé en brazos y me dijo que no le diéramos…”.

La escucha adelantó la investigación en curso y la Fiscalía Federal 1, a cargo de Javier Arzubi Calvo, decidió que era un riesgo seguir con las tareas. Había que “allanar ya” para evitar el posible homicidio de la mujer que nombran es la escucha. Sin embargo, las hermanas Roldán, a 24 horas de sus detenciones, recibieron el beneficio del arresto domiciliario. Por ser madres solteras de niños chicos, por no contar con antecedentes y porque en sus casas no se encontraron drogas ni armas. Lo único secuestrado en el domicilio de Marlene fueron 25 municiones 9 milímetros.

“No tienen trabajo, no acceden a asignaciones o planes y contrataron abogados particulares. Marlene se movía en una camioneta Ford Ecosport y la defiende un abogado privado. ¿De dónde sale ese dinero?”, pregunta una fuente judicial con acceso a la investigación, indignado.

Marlene sería lo que en la jerga del narcotráfico se conoce como “secretaria”. En su caso, responde a René Ungaro. Los que cumplen ese rol se dedican a transmitir las órdenes del capo y hacen entregas de drogas, buscan “tira tiros” para extorciones a comercios, cambian pesos por dólares, entre otras tareas. Ungaro, anteriormente, tenía de “secretaria” a una de sus sobrinas. La cambió por Marlene. Ungaro le habría facilitado la Ecosport a Marlene para realizar sus encargos. Su hermana Yamila sería una especie de socia de su actividad.

En Rosario es común el fenómeno de la usurpación. Tanto, que hay viviendas que son usurpadas constantemente por distintas bandas. La banda de Marlene tiroteó una de Empalme Graneros, al noroeste de la ciudad. La banda narco que la regenteaba la abandonó por miedo y fue ocupada por sus flamantes “dueños”.

La casa fue allanada y se secuestraron 80 dosis de cocaína y 200 mil pesos. De ahí los investigadores se llevaron a dos jóvenes. Lo que se estila en los bunkers es “trabajar con bombas”. Cada “bomba” contiene 50 o 100 dosis de cocaína. Los narcotraficantes saben que en cualquier momento pueden ser allanados o robados. Por eso nunca tienen más de una “bomba” en su poder.

En otra de las escuchas el Roldán varón le comenta a Marlene su interés por acceder a cocaína para comercializar. No en la cárcel, sino afuera. “Dejame que lo hable con el jefe…”, responde Marlene. Los investigadores creen que se refirió a Ungaro, que fue condenado a 17 años por el crimen de Roberto “Pimpi” Caminos (cometido en 2010), ex líder de la hinchada de Newell’s. Estando detenido lo volvieron a condenar: 12 años por liderar una banda narco.

Ahora, otra vez en su casa, Marlene seguro retome las comunicaciones.