Los vientos feroces y lluvias torrenciales del tifón Goni que asotó la costa oeste de Filipinas interrumpieron las líneas de energía eléctrica, provocó inundaciones y causó deslizamientos tierra que ingresaron en las casas.
La isla de Catanduanes y la vecina provincia de Albay, en la más populosa isla de Luzón, soportó el mayor peso del huracán Goni, que el domingo tocó tierra sobre la costa este de Filipinas con una velocidad máxima sostenida del viento de 225 kilómetros por hora.
Vientos feroces y lluvias torrenciales interrumpieron las líneas de energía eléctrica, provocó inundaciones y causó deslizamientos tierra que ingresaron en las casas.
En las últimas horas Goni perdió intensidad mientras costeaba la vasta capital Manila y se dirigía hacia el Mar Chino Meridinonal.
El número de víctimas fatales por el paso del tifón Goni que golpeó duramente a Filipinas, aumentó al menos a 16, además de destruir decenas de viviendas.
Así lo informaron este lunes las autoridades, explicando que las comunicaciones entre las áreas más afectadas quedaron interrumpidas.
Hasta el 90% de las casas han sido severamente dañadas o destruidas en algunas áreas” (Richard Gordon, jefe de la Cruz Roja de Filipinas).
“Estamos horrorizados por la devastación causada por este tifón en muchas áreas, entre ellas la isla de Catanduanes y Albay“, dijo el jefe de la Cruz Roja de Filipinas, Richard Gordon, en un comunicado.
“Hasta el 90% de las casas han sido severamente dañadas o destruidas en algunas áreas. Este tifón afectó la vida y el sustento de las personas, que se suma al físico, emocional y económico causado por el Covid-19“, agregó.
Casi 400.000 personas huyeron de sus hogares antes del tifón y la mayoría permanece en centros de evacuación mientras las autoridades se apresuran a restaurar los servicios de electricidad y telecomunicaciones en las zonas más afectadas.
Goni fue calificado de “super tifón” cuando tocó tierra en Catanduanes, donde al menos seis personas murieron y la mayoría de las casas e infraestructuras resultaron dañadas, según las autoridades.
El tifón dejó a su paso más de 20.000 viviendas destruidas y cerca de 55.500 parcialmente dañadas, indicó Defensa Civil en un comunicado.
Los filipinos se ven afectados cada año por un promedio de una veintena de tormentas tropicales y tifones, que destruyen cosechas, casas precarias e infraestructuras, manteniendo a poblaciones enteras en la pobreza permanente.
La peor tormenta de la historia reciente fue en 2013. El tifón Haiyan causó más de 7.300 muertos, sobre todo en la ciudad central de Tacloban, que quedó sumergida por olas gigantes.
