Boca ya está en Río para la gran final: entre el amor de los hinchas y el malestar por seis bolsos extraviados

Este miércoles, la noticia del día en Río de Janeiro -por suerte- no estuvo en la seguridad de los hinchas de Boca que minan las playas de Copacabana. Pero sí tuvo que ver con un hecho ajeno al fútbol. El club denunció que, tras su arribo a Brasil por la tarde, le faltaron seis bolsos de indumentaria. La situación fue resuelta recién pasada la trasnoche, cuando desde Aerolíneas Argentinas avisaron que el equipaje extraviado había sido recuperado.

De todas formas, el plantel pudo recibir el cariño y aliento de los fanáticos que de miles lo acompañaron en los diferentes puntos de la ciudad donde el sábado, a partir de las 17:00, jugará la final de la Copa Libertadores frente a Fluminense en el estadio Maracaná para ir en busca de la tan ansiada “Séptima”. Así empezó a vivir la locura que se gestó en los hinchas del Xeneize.

Después del último entrenamiento en Buenos Aires, en el que Valentín Barco encendió las alarmas con una molestia en la zona del rector anterior de su pierna izquierda que finalmente no complicará su participación en la gran final de América, la delegación tomó un vuelo que a las 18.40 aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Galeão.

Miles de hinchas los esperaban a la salida de uno de los principales accesos del aeropuerto, pero por allí únicamente pasaron algunos miembros de la utilería. Los futbolistas, por su parte, realizaron el trámite de migraciones en una base militar cercana al aeropuerto y se subieron a un micro rumbo a Barra de Tijuca, donde concentrarán en la previa del partido. Recorrieron los 30 kilómetros que conectan un punto con el otro escoltados por la Policía y acompañados por una caravana.

En su llegada a Brasil, en Boca detectaron que les faltaban seis bolsos con indumentaria del club y demás elementos de utilería, pero el plantel y el cuerpo técnico igualmente se subieron al micro y continuaron con el itinerario establecido para el viaje, que esperan termine con una alegría mayúscula en el Maracaná.

Mientras tanto, en el hotel Hilton Barra -lejos de Copacabana pero cerca del predio del Vasco da Gama donde serán los entrenamientos- los esperaban otra gran cantidad de fanáticos, que al ritmo de “Quiero la Libertadores” le dieron el mejor recibimiento posible a los jugadores para hacerles sentir el calor y la fiesta que ya se vive en Río de Janeiro.

Tanto jueves como viernes Boca entrenará en las instalaciones del club que dirige actualmente Ramón Díaz. Y la prensa tendrá acceso a 15 minutos de cada práctica para ver de cerca a los jugadores y sus rostros en la previa del que para muchos será el partido de sus vidas.

Por estos días, ese famoso cantito de la hinchada de Boca se convirtió en un hit de los que copan las calles (y las playas) de la ciudad brasileña.